Os dejamos con cuáles son las propuestas para este mes. Disculpad el retraso.
La entrada se distribuye de la siguiente manera: en primer lugar tenéis los cuentos (un total de cuatro), después las tareas para Educación Infantil y, al final, las de Educación Primaria.
¡Suerte!
El
torito Chispa Brava
( por
Pedro Pablo Sacristán )
Idea y
enseñanza principal
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Ambientación
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Personajes
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La mejor
forma de actuar frente a las burlas de otros es a través de la indiferencia
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Una plaza
de toros
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Un toro
bravo
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Valor Educativo:
Autocontrol
Roque
estaba llorando en el patio. Algunos de sus compañeros se habían estado
metiendo con él, como hacían frecuentemente, y no había nada que le diera más
rabia. Pero por mucho que les dijera, gritara o amenazara, no dejaban de
hacerlo.
Un chico mayor, que lo había visto todo, se acercó y le dijo:
- Si
quieres que no te vuelva a ocurrir eso, tendrás que llegar a ser como El torito
Chispa Brava. ¿Te cuento su historia?
- ¡Sí!
- Chispa Brava era un toro de lidia que una vez pudo ver una televisión desde
el prado. Televisaban una corrida de toros, y al ver cuál iba a ser su final,
dedicó el resto de su vida a prepararse para aquel día, el de su corrida. Y no
tardó en llegar.
Cuando salió a la plaza, recibió un primer puyazo en el lomo. Era muy doloroso,
y sintió cómo su sangre de toro le pedía a gritos venganza. Pero él sabía lo
que tenía que hacer, y se quedó inmóvil. Pronto apareció el torero provocándole
con su capote al viento y su traje rojo. Volvió a sentir las mismas ganas de
clavarle los cuernos bien adentro, pero nuevamente, tragó saliva y siguió
quieto. No importó que siguieran tratando de animar al torito con puyas,
banderillas y muletas: siguió tan quieto, que al cabo de un rato, toda la plaza
estaba silbando y abucheando, hasta que decidieron cambiar de toro, porque
resultó el toro más aburrido que se recuerda. Así que Chispa Brava fue devuelto
a su prado para seguir viviendo tranquilamente. Y nunca más trataron de
torearle, porque todos sabían que claramente no servía para las corridas.
- ¿Y eso que
tiene que ver conmigo? - preguntó Roque.
- Pues todo, chico. A Chispa Brava le llevaron a una plaza de toros porque
querían divertirse a su costa. Cuanto más hubiera respondido al capote y las
banderillas, más se habrían divertido, y no habrían parado hasta terminar la
corrida. A ti te pasa lo mismo con esos abusones. Se divierten a tu costa
porque ven lo mucho que te enfadas, y eso les hace una gracia macabra. Pero si
hicieras como Chispa Brava, y no respondieras a nada, se aburrirían y buscarían
a otro, o se irían a hacer algo que les resultase más divertido.
Roque no
terminaba de creérselo. Pero en los días siguientes trató de hacer caso a aquel
chico mayor. Le costó mucho hacerse el indiferente las primeras veces que se
reían de él, pero no fueron muchas, porque todo resultó como había dicho el
chico, y en unos pocos días, los abusones habían encontrado cosas más
divertidas que hacer que meterse con Roque.
El
espejo estropeado
( por
Pedro Pablo Sacristán )
Valor Educativo:
Bondad, generosidad
Idea y
enseñanza principal
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Ambientación
|
Personajes
|
Ayudar a
los demás produce la alegría más verdadera
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La ciudad
de un niño rico
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Un niño,
un espejo y un niño pequeño perdido
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Había una
vez un niño listo y rico, que tenía prácticamente de todo, así que sólo le
llamaba la atención los objetos más raros y curiosos. Eso fue lo que le pasó
con un antiguo espejo, y convenció a sus padres para que se lo compraran a un
misterioso anciano. Cuando llegó a casa y se vio reflejado en el espejo, sintió
que su cara se veía muy triste. Delante del espejo empezó a sonreir y a hacer
muecas, pero su reflejo seguía siendo triste.
Extrañado, fue a comprar golosinas y volvió todo contento a verse en el espejo,
pero su reflejo seguía triste. Consiguió todo tipo de juguetes y cachivaches,
pero aún así no dejó de verse triste en el espejo, así que, decepcionado, lo
abandonó en una esquina. "¡Vaya un espejo más birrioso! ¡es la primera
vez que veo un espejo estropeado!"
Esa misma tarde salió a la calle para jugar y comprar unos juguetes, pero yendo
hacia el parque, se encontró con un niño pequeño que lloraba entristecido.
Lloraba tanto y le vio tan sólo, que fue a ayudarle para ver qué le pasaba. El
pequeño le contó que había perdido a sus papás, y juntos se pusieron a
buscarlo. Como el chico no paraba de llorar, nuestro niño gastó su dinero para
comprarle unas golosinas para animarle hasta que finalmente, tras mucho
caminar, terminaron encontrando a los padres del pequeño, que andaban
preocupadísimos buscándole.
El niño se despidió del chiquillo y se encaminó al parque, pero al ver lo tarde
que se había hecho, dio media vuelta y volvió a su casa, sin haber llegado a
jugar, sin juguetes y sin dinero. Ya en casa, al llegar a su habitación, le
pareció ver un brillo procedente del rincón en que abandonó el espejo. Y al
mirarse, se descubrió a sí mismo radiante de alegría, iluminando la habitación
entera. Entonces comprendió el misterio de aquel espejo, el único que reflejaba
la verdadera alegría de su dueño.
Y se dio cuenta de que era verdad, y de que se sentía verdaderamente feliz de
haber ayudado a aquel niño.
Y desde
entonces, cuando cada mañana se mira al espejo y no ve ese brillo especial, ya
sabe qué tiene que hacer para recuperarlo.
Tierra
trágame
( por
Pedro Pablo Sacristán )
Valor Educativo:
Buen humor
Idea y
enseñanza principal
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Ambientación
|
Personajes
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La mejor
forma de luchar contra la timidez y el miedo al ridículo es aprender a reírse
de uno mismo
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Un
colegio
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Un niño
|
Dicen que
una vez alguien confundió sus colorados mofletes con dos tomates, y que al ir a
arrancarlos, se quemó la mano. Y es que no era para menos, porque Álvaro era el
niño con más vergüenza y miedo al ridículo que uno pueda imaginarse; bastaba
con que ocurriera cualquier pequeña contrariedad para que se pusiera rojo como
una guindilla. Así que el día que le ocurrió algo ridículo de verdad, parecía
que iba a estallar de vergüenza.
Álvaro estaba con su amigo Jaime preparando la obra de teatro de "Los tres
cerditos", en la que Jaime participaba. Estuvieron jugando un rato hasta
que Álvaro recordó que había invitado esa tarde a Dora, la niña más dulce,
guapa y lista de la clase, a merendar a su casa, así que salió corriendo hacia
el patio, donde encontró a Dora, y le dijo:
- ¿Qué,
vamos a mi casa? puedo darte un bocata de chorizo...
Y justo
cuando estaba acabando la frase se dió cuenta de que había olvidado quitarse la
careta y el disfraz de cerdito! Dora quedó petrificada, todos a su alrededor
comenzaron a reir, y el pobre Álvaro, incapaz de reaccionar, sólo pensó: ¡tierra,
trágame!
Al
instante, desapareció bajo la tierra y se encontró en un lugar increíble: ¡allí
estaban todos los que alguna vez habían deseado que les tragara la tierra! y no
era raro , porque casi todos tenían un aspecto verdaderamente ridículo y divertido.
Así conoció al atleta que empezó a correr en dirección contraria y creyó haber
ganado por mucho, a la señorita calva que perdió la peluca en un estornudo o a
la novia que se pisó el vestido y acabó rodando como una albóndiga. Pronto se
enteró de que la única forma de escapar de aquel lugar era a través de la risa,
pero no de una risa cualquiera: tenía que aprender a reirse de sí mismo. Y era
difícil, porque algunos llevaban años allí encerrados, negándose a encontrar
divertidos sus momentos de mayor ridículo; pero Álvaro se superó y supo
encontrar en aquellos momentos de tanta vergüenza una forma de hacer reír a los
demás y darles un poco de alegría. Y cuando se vio a sí mismo con la careta de
cerdo, hablando de chorizo con Dora, no pudo dejar de reírse de la situación.
Al momento
volvió a estar en el colegio, delante de Dora, justo donde había dejado su
frase. Pero esta vez, lejos de ponerse colorado sin saber qué decir, sonrió, se
quitó la careta y meneando su traserito de cerdo dijo:
- Venga
anímate, que ¡hoy tengo buenos jamones!
Dora y
todos los demás encontraron divertidísima la broma, y desde aquel día, Álvaro
se convirtió en uno de lo chicos más divertidos del colegio, capaz de reírse y
hacer chistes de cualquier cosa que le ocurriera.
El origen
de la felicidad
( por
Pedro Pablo Sacristán )
Valor Educativo:
Caridad, bondad
Idea y
enseñanza principal
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Ambientación
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Personajes
|
Explicar
de forma comprensible para los niños la alegría y satisfacción que dan las
buenas acciones
|
Una
ciudad cualquiera
|
Un niño,
su entorno, y un doctor
|
Había una
vez un niño que era muy feliz, , aunque no tenía muchos juguetes ni dinero. Él
decía que lo que le hacía feliz era hacer cosas por los demás, y que eso le
daba una sensación genial en su interior. Pero realmente nadie le creía, y
pensaban que no andaba muy bien de la cabeza. Dedicaba todo el día a ayudar a
los demás, a dar limosna y ayuda a los más pobres, a cuidar de los animales, y
raras veces hacía nada para sí mismo.
Un día conoció a un famoso médico al que extrañó tanto su caso, que decidió
investigarlo, y con un complejo sistema de cámaras y tubos, pudo grabar lo que
ocurría en su interior. Lo que descubrieron fue sorprendente: cada vez que
hacía algo bueno, un millar de angelitos diminutos aparecían para hacerle
cosquillas justo en el corazón.
Aquello explicó la felicidad del niño, pero el médico siguió estudiando hasta
descubrir que todos tenemos ese millar de angelitos en nuestro interior. La
pena es que como hacemos tan pocas cosas buenas, andan todos aburridos haciendo
el vago.
Y así se descubrió en qué consiste la felicidad, y gracias a ese niño todos
sabemos qué hay que hacer para llegar a sentir cosquillitas
INFANTIL
1.
Responsabilizarse de sus juguetes y
obsequios del día y guardarlos en el lugar adecuado cuando ya no se utilizan.
Clasificar los envoltorios para poder reciclarlos.
2.
Hacer un cuadro de las actividades
extraescolares semanales y relacionar las cosas que ha de tener preparadas para
realizar dichas actividades.
3.
Ayudar a guardar la ropa planchada
en la habitación, armarios y cajones correspondientes.
4.
Elaborar una lista de los artículos
que se deben adquirir y clasificarlos por grupos (alimentos, objetos de adorno,
obsequios, etc.)
5.
Ayudar a realizar un bizcocho,
teniendo en cuenta los ingredientes.
6.
Comprar un libro para sí mismo o
para regalar.
7.
Controlar el consumo de agua
durante la propia ducha y compararlo con el tiempo que tarda otro familiar.
8.
Comprar todo lo necesario para su comida favorita.
9.
Jugar durante los trayectos en
coche a juegos como: veo, veo; coches de colores…
10.
Con semillas (lentejas, garbanzos…)
formar grupos de 5 o 10 elementos.
11.
Formar grupos de juguetes
atendiendo al color.
12.
Identificar el número de su planta
en el ascensor.
13.
Del 1 al 10, identificar número y
cantidad de semillas.
14.
Decir el nombre de objetos redondos
(circulo), cuadrados y triangulares.
15.
Clasificar objetos atendiendo a su
forma.
PRIMARIA
1.
Ayudar en las compras de la casa, a partir del
dinero que se les haya entregado y las indicaciones recibidas.
2.
Responsabilizarse de sus juguetes y obsequios
del día y guardarlos en el lugar adecuado cuando ya no se utilizan. Clasificar
los envoltorios para poder reciclarlos.
3.
Leer el número de los portales así como los
letreros de calles y tiendas, durante un paseo familiar.
4.
Organizar y clasificar la ropa de la casa que
hay que lavar.
5.
Controlar el gasto que supone la utilización
del móvil al cabo de un mes.
6.
Hacer un cuadro de las actividades
extraescolares semanales y relacionar las cosas que ha de tener preparadas para
realizar dichas actividades.
7.
Buscar el número en el teletexto para ver el
pr4ograma favorito de acuerdo con el resto de los integrantes de la familia.
8.
Jugar con otras personas de la familia al
Rummikub, Scrabble o Palabras encadenadas.
9.
Ayudar a guardar la ropa planchada en la
habitación, armarios y cajones correspondientes.
10. Hacer un
cálculo de presupuesto para intercambio en Francia teniendo en cuenta la
economía familiar.
11. Identificar
etiquetas de productos envasados. Fecha de caducidad, etc.
12. Realizar un
pequeño plano señalando nuestra calle y vivienda.
13. Elaborar una
lista de los artículos que se deben adquirir y clasificarlos por grupos
(alimentos, objetos de adorno, obsequios, etc.
14. Utilizar relojes
analógicos y digitales para determinar las horas del día correctamente.
15. Ayudar a
realizar un bizcocho, teniendo en cuenta los ingredientes y cantidades.
16. Administrar la
paga semanal haciendo un pequeño presupuesto de los gastos previstos.
17. Buscar cuantas
veces aparece la palabra paz/libertad en la sección internacional de un
periódico.
18. Calcular
cuanta leche se bebe en la casa a la semana.
19. Medir la
altura en cm. De todos los hermanos y calcular las diferencias.
20. Comprar un
libro para sí mismo o para regalar.
21. Averiguar la
fecha de caducidad de algún producto alimenticio de la casa.
22. Calcular
cuantas horas a la semana se ve la TV y cuántas se dedican a leer.
23. Preparar algún
postre siguiendo alguna receta.
24. Jugar al
Monopoly con algún miembro de la familia.
25. Calcular el
consumo familiar de energía en una semana.
26. Recordar
algunos números de teléfono importantes en caso de necesidad.
27. Hacer un
seguimiento de sus gastos de teléfono móvil.
28. Recoger el
lavavajillas colocando cada objeto en su lugar.
29. Medir la
cantidad de agua que queda en los vasos después de comer y aprovecharla para
regar las plantas.
30. Controlar el
consumo de agua durante la propia ducha y compararlo con el tiempo que tarda
otro familiar.
31. Calcular el
dinero que tiene en sus ahorros en distintas unidades (céntimos, euros)
32. Mirar la fecha
de caducidad de los productos de la despensa y colocar más a mano los que
caducaran antes.
33. Registrar los
km. que han hecho los coches de la casa a lo largo de la jornada y calcular el
consumo.
34. Hacer un
pequeño presupuesto de lo9s gastos previstos y calcular si tiene bastante
dinero para el regalo que desea hacer.
35. Comprar
todo lo necesario para la ensalada prevista.
36. Ir a comprar
el pan y saber calcular el cambio de monedas.
37. Hacer un
cuadro semanal en el que se puedan incluir todas las actividades extraescolares.
38. Revisar la
agenda personal. Modificar si conviene la tabla donde anotamos nombre,
teléfonos, direcciones, e-mail, otros…
39. Jugar a hacer
sencillos cálculos mentales en el camino hacia el colegio.
40. Comparar
precios en diversos catálogos para realizar una compra económica.
41. Seguir el
sorteo de la lotería, anotar los números de los premios principales y
ordenarlos de mayor a menor.
42. Leer el número
de los portales así como los letreros de calles y tiendas, durante un paseo
familiar.
43. Jugar con
otras personas de la familia al Rummikub, Scrabble o Palabras encadenadas.
44. Identificar
etiquetas de productos envasados. Fecha de caducidad, etc.
45. Buscar en el
calendario las fechas de cumpleaños de nuestros familiares y marcarlas.
46. Jugar durante
los trayectos en coche a juegos como: veo, veo; matriculas, kilómetros, coches
de colores…